Ante el saldo de hechos trágicos las personas se han puesto a pensar que motiva a los seres humanos a dañar a sus familiares o a personas extrañas, y si pueden estos impulsos y acciones controlarse o prevenirse
Las conductas violentas son, de manera alarmante, cada vez más comunes en nuestra sociedad y se consideran en la actualidad un problema de salud pública. Se presentan en diferentes niveles, que van desde el abuso domestico hasta el crimen en las calles y el homicidio.
Las posibilidad de ser en cualquier momento una víctima más del crimen nos hace vivir con miedo constante, lo que tiene un serio impacto en nuestra calidad de vida y de alguna manera pasa a ser un factor que determina todas nuestras actividades como los lugares que frecuentamos, el tiempo que permanecemos en ellos, el tipo de seguridad que tratamos de obtener, como nos vestimos, a qué hora salimos de casa, e incluso donde y cuando trabajamos. Sin duda, la violencia, la agresión y el homicidio imponen elevados tributos en la actualidad.
El punto de partida para intentar conocer las causas de la criminalidad es saber q entendemos por agresión y por violencia. Estos conceptos parecen ser sinónimos, sin embargo, la violencia se distingue de la agresión en que esta última cumple una importante y prehistórica función biológica en la adquisición y defensa del territorio. Cabe preguntarnos de que manera surge la personalidad que despliega la agresión maligna. Normalmente, las personas sienten la necesidad de ajustarse a las reglas de la sociedad, del trabajo y, en general, de la autoridad. Aunado con la falta de libertad para tomar decisiones, así como la incapacidad para encontrar un significado y un verdadero sentido de la vida, en ocasiones pueden derivar en resentimientos y de ahí en agresión sádica y maligna.
Filósofos y Psiquiatras distinguen entre una agresión benigna y una agresión maligna, también llamada violencia. La agresión benigna es una reacción espontanea y breve para protegernos del peligro que nos ha acecha, en tanto que agresión maligna implica el deseo de dañar a los demás por un placer puramente sadista.
ALGUNAS PERSONAS BAJO ESTAS CIRCUNSTANCIAS NEGATIVAS, ENCUENTRAN PLACENTERO DAÑAR, MATAR Y DESTRUIR. DESAFORTUNADAMENTE, EN NUESTRA VIDA COTIDIANA ES POSIBLE ENCONTRAR MÚLTIPLES EJEMPLOS DE ESTE TIPO DE PERSONALIDADES.
El camino de la violencia
Uno de los hechos más determinantes en la vida de un niño, sino el más importante, es el apego a los padres. Lo definimos como la unión entre el niño y su cuidador, pero esta relación puede ser muy frágil si existe algún tipo de abuso hacia el padre o hacia el mismo niño, ya que se interfiere en la formación de un apego fuerte y positivo. El estar expuesto a violencia familiar nubla las emociones infantiles y su cuidador es productor de agresión. Se ha visto que los problemas de apego en la infancia causan conductas hostiles-agresivas durante la etapa escolar.
LOS NIÑOS DE LOS PADRES DICTATORIALES TIENDEN A SER RETRAIDOS Y POCO SOCIABLES. NO SON AMIGABLES Y SE SIENTEN INTRANQUILOS CUANDO ESTAN CON OTROS NIÑOS DE SU EDAD. LOS PADRES PERMISIVOS TIENEN NIÑOS QUE TIENDEN A SER DEPENDIENTES E INESTABLES EMOCIONALMENTE, Y QUE CARECEN DE HABILIDADES SOCIALES Y DE AUTOCONTROL. LOS NIÑOS DE PADRES CON AUTORIDAD SON INDEPENDIENTES, AMIGABLES, ASERTIVOS, Y COOPERATIVOS
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